Todo sobre el proyecto

¿Qué es Sónar y qué propone con Sónar Calling GJ273b?

Sónar, el festival de música, creatividad y tecnología de Barcelona cumple 25 años. Desde sus orígenes en 1994, Sónar, fiel al significado de su nombre, ha rastreado las músicas más innovadoras, radicales y comprometidas del planeta. Para celebrar nuestro 25º aniversario, Sónar decide invertir su función y pasar de radar a antena. Así nace el proyecto Sónar Calling GJ273b. Hemos sintetizado un cuarto de siglo de exploración musical y la hemos enviado al espacio, concretamente al exoplaneta Luyten Star b, con el objetivo de propiciar el primer contacto de la Humanidad con una inteligencia extraterrestre.

¿Quién está involucrado en Sónar Calling GJ273b y qué rol tiene cada uno?

Sónar lidera este experimento artístico-científico con la colaboración de dos instituciones pioneras en la detección de vida extraterrestre: el Institut d'Estudis Espacials de Catalunya y METI International (Messaging Extraterrestrial Intelligence). En el proyecto participan 35 artistas vinculados con el festival, de orígenes y discursos musicales diversos. El IEEC (Institut d’Estudis Espacials de Catalunya) es un instituto de investigación que estudia todas las áreas de las ciencias del espacio, incluyendo la Tierra como planeta, el Sistema Solar, los exoplanetas, la física estelar, la física de astropartículas, y la cosmología. El IEEC lleva a cabo proyectos para el descubrimiento de planetas habitables, apoya la búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI, SETI@home y BOINC) desde hace más de una década y hospeda la web SETI.cat. El segundo partner del proyecto es METI International, la organización pionera en el diseño de mensajes susceptibles de ser comprendidos por una civilización extraterrestre. Fundado en 2017, realiza investigación científica y programas educativos sobre el envío de Mensajes a Extraterrestres Inteligentes (METI) y la Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI).

¿Cuáles son los antecedentes de Sónar Calling GJ273b?

El contacto con una inteligencia extraterrestre ha sido objeto de interés y fascinación durante décadas. En los años ’70 se llevaron a cabo los primeros proyectos de lo que se denomina SETI (búsqueda de inteligencia extraterrestre), que incluían el uso del radiotelescopio de Arecibo (Puerto Rico) tanto para detectar posibles emisiones de civilizaciones en otras estrellas como para el envío de mensajes de radio y de materiales en sondas espaciales hacia el espacio interplanetario. Gran parte de los esfuerzos se han invertido en las escuchas de diferentes estrellas para detectar señales de inteligencia exterior. No ha habido ningún resultado positivo que conozcamos, aparte de una única señal, la llamada “Wow!”, que no ha podido ser explicada todavía. Desde 1974 se han enviado transmisiones a estrellas brillantes y conocidas, o a estrellas con exoplanetas gigantes, de momento sin éxito. En los últimos años se han descubierto numerosos exoplanetas en estrellas próximas al Sol y algunos de ellos parecen cumplir los requisitos para que se trate de mundos habitables. Es pues el momento adecuado para hacer un primer intento de comunicación con las hipotéticas civilizaciones de estos planetas. Para la segunda transmisión en Mayo 2018, el proyecto cuenta con la colaboración de Dr. Yvan Dutil astrofíscio quien, junto con su colega Stéphane Dumas (1970-2016), definió en 1999, un pequeño “diccionario“ de símbolos o conceptos, cada uno descrito con una imagen de unos pocos pixeles. La sección tutorial de nuestro mensaje presenta los diferentes conceptos poco a poco, como si estuviéramos enseñando a un bebé a hablar.

¿En qué es novedoso este proyecto?

Desde el punto de vista científico, este experimento es novedoso porque dirige la transmisión a un exoplaneta concreto, cercano y que parece reunir las condiciones necesarias para albergar vida. Lo es también porque la codificación, cadencia y potencia del mensaje incrementa sensiblemente las posibilidades de ser recibido y comprendido por una inteligencia no terrestre. El diseño del mensaje por parte de IEEC y METI es propedéutico: cada sección del mensaje contiene la información necesaria para decodificar la sección siguiente. El mensaje contiene tanto información básica sobre la humanidad como varias piezas musicales. Desde el punto de vista musical, este proyecto es novedoso porque cuenta con la participación activa de un número importante de músicos de alto nivel, que han creado piezas expresamente para ser mandadas a Luyten’s Star b.

¿A dónde se manda el mensaje?

La emisión se dirige a la Estrella de Luyten, también conocida como GJ 273. Luyten’s Star está en la constelación del Can Menor, a una distancia de 12,4 años luz de nosotros. Se trata de una estrella mucho más fría que nuestro Sol, con una temperatura de unos 3000ºC (comparados con los 5500ºC del Sol), y por lo tanto mucho más rojiza. Le estimamos una masa y un radio que es más o menos un tercio de los valores solares. La estrella no se ve sin un telescopio. Fue bautizada con el nombre de un astrónomo holandés-americano, Willem Jacob Luyten, que midió su movimiento propio (respecto a otras estrellas lejanas). En 2017 se anunció el descubrimiento de dos planetas a su alrededor. Uno de ellos, con una masa casi tres veces mayor a la Tierra se sitúa en la zona habitable de la estrella, y probablemente sea algo más caliente que nuestra Tierra. Su año dura unos 19 días de los nuestros. Se trata de la Estrella Luyten b. Este planeta tiene un compañero más interno y más pequeño, con una masa un 30% mayor a la de nuestro planeta y cuyo año dura unos 5 días, que se llama Estrella Luyten c. No sabemos si la Estrella Luyten b efectivamente tiene agua, ni si ha retenido una atmósfera que lo haga habitable. Pero de momento no tenemos ningún motivo para pensar que no lo sea. Si lo fuera, sería un mundo con océanos como los nuestros, tal vez más calientes, con un cielo iluminado por una estrella aparentemente mayor que el sol y que brilla con una luz rojiza.

¿Es la primera vez que se manda un mensaje interestelar?

No es la primera vez que se manda un mensaje al espacio. El 16 de noviembre de 1974 se mandó un mensaje conocido como el Mensaje de Arecibo desde el radiotelescopio de Arecibo en Puerto Rico y fue enviado en la dirección del cúmulo de estrellas (Cúmulo Globular) llamado M13. Se calcula que esta transmisión alcanzará su destino en unos 27000 años. También se han enviado mensajes a otras 25 estrellas, tanto estrellas brillantes (Polar, Altair) con escasas posibilidades de tener planetas habitables, como a otras estrellas donde se han descubierto planetas gigantes (sin vida tal y como la conocemos). Estos son los proyectos llevados a cabo hasta el momento: https://en.wikipedia.org/wiki/Active_SETI

¿Cómo se distingue de envíos anteriores?

A diferencia de la mayoría de mensajes anteriores, este mensaje se ha diseñado con rigurosidad científica y técnica. Tiene un destino concreto, el exoplaneta alrededor de Luyten’s Star (o GJ 273), que es un planeta cercano (12,4 años luz) y con posibilidades de albergar vida, lo que permite saber cuándo llegará el mensaje, y a partir de cuándo podemos esperar una respuesta. Por otra parte, en mensajes anteriores la información necesaria para descifrarlos dependía excesivamente de la forma de conocimiento específica de la Humanidad en la Tierra (dependía, por ejemplo, de la convención de las representaciones gráficas en dos dimensiones, o de la codificación de caracteres de texto y por supuesto de un idioma humano). Este mensaje se distingue por ser independiente de toda convención terrestre para poder ser comprendido. Así mismo, la cadencia en la transmisión de la información es suficientemente lenta (para la antena y potencia usadas) como para permitir su correcta descodificación a esa distancia usando antenas y receptores parecidos a los nuestros. En cuanto a la música, es la primera vez que se manda al espacio un conjunto de piezas musicales creadas expresamente para ese propósito, y precedidas de las suficientes “explicaciones” como para saber decodificarlas y escucharlas.

¿Cómo se ha elegido la Estrella Luyten b?

El planeta de Luyten’s Star se ha elegido después de valorar todas las opciones disponibles. Se trata de un exoplaneta potencialmente habitable relativamente cercano, con lo cual el mensaje debería llegar en algo más de 12 años. Además, Luyten’s Star es observable desde la alta latitud terrestre que ocupa la antena de EISCAT en Tromsø, lo que permite que la transmisión se lleve a cabo desde ese lugar.

¿Es la primera vez que se manda música?

No, ya ha habido otras transmisiones de música por radiofrecuencias dirigidas al espacio. En 2001 se envió el “Teen Age Message”, con algunas piezas musicales usando el instrumento “Theremín”, a varias estrellas relativamente cercanas (45 a 70 años luz), una de las cuales parece tener 3 planetas parecidos a Júpiter orbitando a su alrededor. En 2008 se mandó la canción “Across the Universe” de los Beatles a la estrella Polar. Aparte, en 1977, la llamada Misión Voyager incluía una grabación de 90 minutos en formato de un disco físico, el llamado Disco de Oro, con una representación de las músicas de la Tierra y un mensaje de buena voluntad de la Humanidad.

¿Por qué se manda música?

Nuestro mensaje interestelar es una emisión de ondas de radio, similar a una emisión radiofónica en la Tierra, solo que a una frecuencia distinta y con una potencia mucho mayor. Una señal radiofónica (como cualquier programa de radio) es lineal: los bits de información y los sonidos se suceden los unos a los otros a lo largo del tiempo. Por ello este medio es particularmente adecuado para transmitir información que también sea de tipo lineal, como es el caso de la música o del texto. Desde luego se pueden transmitir imágenes por radio, y así se hizo, por ejemplo, en el mensaje de Arecibo en 1974, pero ello requiere un grado más de complicación en la codificación del mensaje, cosa que reduce las probabilidades de ser descifrado por una hipotética inteligencia extraterrestre. Entre las dos formas de comunicación lineal, la música y el texto, la elección era fácil: la música, o más en general una señal de audio, ofrece la posibilidad de transmitir texto (opción por la que han optado un número importante de los artistas que han contribuido al proyecto), mientras que la opción contraria es imposible, salvo que se incluya alguna forma de codificación musical escrita, algo que de nuevo aumentaría la artificiosidad de la transmisión y reduciría las probabilidades de ser comprendida por una inteligencia no humana.

¿Qué artistas participan y con qué criterio se han seleccionado?

Sónar Festival ha seleccionado a 35 músicos o grupos, con el criterio de que fueran una representación completa y variada de lo que ha sido Sónar durante sus primeros 25 años de vida, y de lo que podría ser en el futuro. El criterio no es en modo alguno estilístico. La pregunta que nos hemos hecho es: ¿Quiénes son los creadores que han abierto nuevos caminos para la música en los últimos años? ¿Quienes pensamos que lo harán en los años venideros? Esta selección se completa con 3 músicos o grupos elegidos en un “open call” al público en general. No queremos desaprovechar esta oportunidad tan especial para descubrir nuevos talentos. Y además Sónar es incomprensible sin la implicación de su público.

¿Qué requerimientos técnicos tienen las composiciones musicales enviadas?

Para poder optimizar la transmisión vía radio antena, y considerando la muy lenta cadencia de datos (tan sólo 500 bits por segundo, unas 250 mil veces más lento que un MP3 típico), los músicos han compuesto piezas de tan sólo 10 segundos de duración y muy baja calidad de sonido digital. Concretamente, se ha usado una codificación PCM de tan sólo 8 bits, monoaural, y a una frecuencia de muestreo de sólo 8 kilohercios. Como referencia, un Compact-Disc usa codificación PCM de 16 bits, estéreo y a 44.1 kilohercios. Esto significa que las piezas transmitidas no pueden contener tonos agudos (por los pocos kilohercios de muestreo) y que, además, se oirán con cierto ruido digital (por los sólo 8 bits). Nótese que no se ha usado ningún tipo de compresión de audio (como MP3), sino que la música se transmite con el formato digital más básico. No sólo eso, sino que las piezas musicales van precedidas de un breve “tutorial” que describe fácilmente la codificación digital de ondas sonoras, usando distintas frecuencias y armónicos. Todo esto debería permitir a una especie inteligente extraterrestre “entender” y “escuchar” esta música.

¿Cómo pueden los ETs decodificar el mensaje?

El mensaje se ha diseñado en varias partes. En primer lugar se manda un saludo, transmitido a la mínima cadencia, creado para atraer la atención de los extraterrestres, indicando que no se trata de una señal de radio natural creada por un objeto o fenómeno astronómico. A continuación se transmite información básica sobre nosotros: números, operaciones matemáticas, conceptos físicos, etc. Posteriormente se transmite un breve tutorial musical para describir nuestra forma de codificar sonidos digitalmente, lo que permite descifrar y entender la última parte del mensaje: la música. Al terminar el mensaje, se concluye con una breve despedida, que consiste en el saludo inicial transmitido al revés.

¿Qué es exactamente un exoplaneta?

Un exoplaneta o planeta extrasolar es un planeta que orbita una estrella diferente al Sol y por lo tanto no pertenece al Sistema Solar.

¿Cuántos exoplanetas hay y cómo se descubren?

La primera confirmación de un exoplaneta se produjo en la década de 1990. A pesar de que hoy sabemos que un objeto anunciado en 1992 es probablemente un exoplaneta, el descubrimiento de 51 Peg b en 1995 por parte de Michel Mayor y Didier Queloz se acostumbra a considerar el inicio de la investigación en exoplanetas. Hasta octubre 2017 se han detectado 3.671 planetas y 2.751 sistemas planetarios, de los cuales 616 tienen más de un planeta. Las técnicas principales para descubrir exoplanetas son indirectas, es decir, que no se basan en observar directamente el planeta sino los efectos que éste ejerce sobre su estrella, ya sea cambiando su velocidad, posición o brillo. Así, los métodos con más éxito son el de las velocidades radiales (o efecto Doppler) y el de los tránsitos. El primero permite descubrir planetas y medir su masa a partir de los movimientos de vaivén que sufre una estrella a causa de un planeta (invisible) que la orbita. Y el segundo permite descubrir planetas y medir su radio si el plano orbital del planeta coincide con nuestra línea de visión y, por lo tanto, se producen eclipses durante los cuales el planeta cubre parte de la estrella y esta disminuye en brillo.

¿Qué expectativas de éxito hay?

Las transmisiones tardarán 12,4 años luz en llegar a Luyten’s Star b. Si allí existe vida inteligente que quiere contactar con la Tierra, podríamos esperar una respuesta en 25 años. En tanto que experimento científico, la expectativa de éxito consiste en recibir una respuesta de Luyten’s Star b, lo que supondría nada menos que el primer contacto de la Humanidad con una civilización extraterrestre. En tanto que experimento musical, la expectativa de éxito se ve cumplida desde el momento mismo en que se realiza la primera transmisión. Independientemente de la posibilidad de tener respuesta, el éxito del proyecto reside en el examen de conciencia colectivo acerca del sentimiento de pertenecer a la humanidad, de por qué transmitir, de por qué transmitir música y de qué música transmitir.

¿Cuándo llegarán los mensajes?

Los mensajes que se envían desde Tromsø en octubre de 2017 y mayo de 2018 llegarán a su destino después de viajar por el espacio durante 12 años y 145 días, o sea, en el año 2030. No conocemos la distancia a Luyten’s Star con total precisión y por lo tanto el momento exacto de la llegada se producirá en la fecha citada más/menos un mes.

¿Qué herramientas y tecnología tenemos disponibles?

La transmisión se ha realizado desde las instalaciones de EISCAT en Tromsø, Noruega, utilizando una antena de 32 metros de diámetro y con una potencia de transmisión de 1.5 megavatios. Como referencia, las mayores antenas de la NASA son de unos 70 metros y usan unos 0.4 megavatios. En nuestro caso hemos usado una antena tipo “radar”, es decir, que emite pulsos de cierta radiofrecuencia (alrededor de 930 megahercios) separados por silencios. Hemos diseñado la transmisión de modo que se envía sólo 1 bit (“cero” o “uno”) en cada uno de dichos pulsos (usando una frecuencia para “cero” y otra distinta para “uno”). De este modo, el mensaje indica claramente una naturaleza binaria intrínseca y una clara separación entre bits consecutivos. Además, la velocidad de transmisión es muy lenta (de 62.5 a 500 bits por segundo), para maximizar las posibilidades de descodificación correcta del mensaje en su recepción.

¿Cómo se puede detectar una posible señal de vida extraterrestre?

SETI, el proyecto de búsqueda de inteligencia extraterrestre, lleva décadas buscando evidencias de que no estamos solos en el Universo. Debido a las increíbles distancias entre estrellas, no resulta factible (al menos por ahora) observar directamente otro planeta, y mucho menos ver si éste está habitado. Por tanto, se usan técnicas indirectas para detectar evidencias de vida extraterrestre, y no sólo vida, sino vida inteligente. La técnica más comúnmente usada por SETI se basa en “escuchar” posibles señales de radiofrecuencia emitidas por ETs. El problema radica en discernir señales naturales (por ejemplo las emitidas por objetos y fenómenos astronómicos, como estrellas púlsar, supernovas, o incluso estrellas normales) de señales artificiales creadas por una inteligencia. Además, las señales de radio sufren una gran atenuación con las grandes distancias interestelares. Por ello, SETI necesita grandes antenas (como el radiotelescopio de Arecibo), complejos algoritmos matemáticos, muchos datos y una gran potencia computacional para intentar detectar una señal en medio del ruido cósmico. Una de las más exitosas iniciativas es el proyecto SETI@home, con el que cualquier persona en cualquier país puede ayudar en esta búsqueda simplemente instalando un programa en su ordenador personal. Aparte de la búsqueda de señales de radio, SETI también está buscando señales ópticas, partiendo de la suposición de que esa inteligencia extraterrestre esté usando potentes láseres para comunicarse entre planetas y estrellas.

¿Qué es un año luz?

Un año luz no es una unidad de tiempo sino de distancia. Equivale aproximadamente a 10 billones de km (9.460.730.472.581 km) y se calcula como la longitud que recorre la luz en un año. El año luz es la unidad de distancia adecuada para hablar de las estrellas del entorno solar. La más cercana a nosotros, Proxima Centauri, se encuentra a 4,2 años luz de distancia, y la estrella más brillante del firmamento, Sirio, está a 8,6 años luz de distancia. Nuestra galaxia, la Vía Láctea, tiene un diámetro de unos 150 mil años luz y la galaxia de Andrómeda, una de las más próximas, se encuentra a unos 2,5 millones de años luz de nosotros.

¿Estamos solos en el universo?

No lo sabemos. La ciencia intenta dar respuesta a esta pregunta y la tecnología avanza lo suficientemente rápido para que pronto estemos en condiciones de reunir las pruebas suficientes. Lo que sí sabemos desde hace unos pocos años es que los planetas alrededor de otras estrellas son extremadamente abundantes y, aún más, muchos de ellos son de tipo rocoso (como el nuestro) y situados en la zona de habitabilidad de sus estrellas. Las estimaciones indican que una de cada cuatro o cinco estrellas, como mínimo, podrían tener planetas adecuados para albergar vida. Por otro lado, observando nuestro propio planeta, nos damos cuenta de que la vida se adapta a condiciones muy extremas. Hay organismos, llamados extremófilos, que pueden soportar altas presiones, entornos de gran acidez, elevadas temperaturas y condiciones de radiación nuclear extrema, y que se adaptan para sobrevivir y multiplicarse en estas circunstancias. Así, pues, si los entornos habitables son abundantes y la vida se adapta a condiciones extremas, ello nos lleva a pensar que tal vez la vida sea común en el universo. Pero no lo podemos afirmar todavía. Falta el punto crucial: en un lugar donde se dan las condiciones, ¿cuál es la probabilidad de que aparezca la vida de la nada? Tal vez ocurre en un 100% de casos, tal vez una en un trillón. Las consecuencias son totalmente distintas. La investigación científica nos dará la respuesta.

¿Los humanos deberíamos contactar con ETs?

Los seres humanos somos curiosos por naturaleza, y esta curiosidad es lo que nos ha llevado al nivel actual de progreso científico, tecnológico y social. No deberíamos pararnos aquí. Sería una contradicción con nuestra forma de ser. El afán de comprender y explorar se debería extender a aquello que nos rodea a la mayor escala posible. ¿Cuál es el contexto del ser humano en el universo viviente? ¿Hay otras civilizaciones inteligentes? Para establecer una comunicación, alguien tiene que dar el primer paso y transmitir. Tal vez estamos frente la hipótesis del zoológico.

¿Es peligroso enviar un mensaje a otros planetas?

Podríamos pensar que el hecho de “revelar” nuestra presencia a través de las transmisiones de radio entraña el riesgo de una hipotética reacción “hostil” por parte de otra civilización. Desconocemos la naturaleza de cualquier posible reacción, pero, ello no debería ser motivo para evitar darnos a conocer. ¿Por qué descartar una reacción positiva? Es probable que alguna civilización en la Galaxia que tenga tecnología para desplazarse hasta nuestro planeta haga ya mucho tiempo que nos ha detectado. Nuestras transmisiones de radio y televisión y los radares de aeropuerto emiten radiación al espacio desde hace ya 100 años, es decir que esas transmisiones ya han llegado a 100 años luz a la redonda.

¿En un planeta habitable la vida será inteligente?

No sabemos nada de las condiciones de los exoplanetas potencialmente habitables que hemos descubierto hasta ahora. Quizás esos mundos resultan de hecho inadecuados para la presencia de vida. Y aún si existiera vida, no sabemos si esta será compleja e inteligente. La vida apareció en la Tierra hace unos 3800 millones de años. Pero esta fue en forma de bacterias hasta hace unos 500 millones de años, cuando aparecieron los animales y plantas complejos. Y los humanos sólo llevamos unos 10000 años con la capacidad de desarrollar “tecnología” más o menos sofisticada. Así pues, si tomamos como referencia la evolución de la vida en la Tierra, es muy probable que aquellos planetas que puedan estar habitados, lo estén por organismos simples y por lo tanto no comunicativos.

¿Cómo se escucha el sonido en el universo?

La técnica más comúnmente utilizada es la radioastronomía, que consiste en enfocar grandes antenas parabólicas a las coordenadas de los objetos que queremos “escuchar” (como si se tratara de un satélite artificial del cual queremos obtener una señal de televisión). Estrictamente hablando, no se puede “escuchar” el universo, ya que el sonido tal y como lo conocemos necesita cierta presión atmosférica para propagarse (y el espacio entre planetas y estrellas está vacío). No obstante, se pueden “traducir” las ondas de radio recibidas con dichas antenas parabólicas a una señal sonora. Si se hace adecuadamente, se pueden llegar a escuchar sonidos bastante espectaculares. Aquí van algunos ejemplos: http://canyouactually.com/nasa-actually-recorded-sound-in-space-and-its-absolutely-chilling/ y https://www.pcmag.com/feature/353576/10-creepy-sounds-recorded-in-space-by-nasa/3

¿Quién debe responder si nos contactan?

Si se recibe una respuesta al mensaje será una noticia de proporciones históricas. La Humanidad gozaría de una ocasión única de tomar consciencia de sí misma como una sola especie, de actuar con una mentalidad verdaderamente global y de responder de una forma que nos represente a todos. Sería una revolución en toda regla, la constatación de que no estamos solos en el universo. ¿Debería ser este uno de los mayores retos políticos a abordar por parte de Naciones Unidas?

¿Todos los artistas del proyecto tocarán en Sónar 2018?

No, no todos los artistas que han contribuido a este proyecto actuarán en Sónar 2018. Una muestra completa y representativa de la trayectoria de Sónar durante 25 años no podía limitarse al line-up de una sola de la ediciones del festival. Todos los artistas seleccionados han actuado en alguna edición de Sónar (¡algunos en más de una!) o podrán hacerlo en un futuro próximo.

¿Dónde podremos escuchar esta música?

La piezas de los treinta y seis músicos o grupos que han contribuido a la transmisión pueden escucharse aquí. Además podrán escucharse durante Sónar 2018, en un espacio habilitado especialmente para ello.

¿Haréis más envíos en los próximos años?

No, no prevemos realizar nuevas emisiones durante los próximos años.

¿Cuánto dura el proyecto?

Este proyecto tiene una duración de 25 años. Dado que nuestro mensaje tardará 12 años y medio en llegar a GJ 273b, viajando a la velocidad de la Luz (que es la velocidad máxima a la que la información puede viajar en el Universo, de acuerdo con la Teoría de la Relatividad de Einstein), y que una hipotética respuesta tardaría el mismo tiempo en llegar de vuelta a la Tierra, solo una vez que hayan transcurrido 25 años de la primera transmisión será posible la detección de una posible respuesta procedente de GJ 273b. 25 años es pues la duración mínima de este proyecto. Pero podría alargarse, si este primer mensaje supusiera, como deseamos, el inicio de una conversación con seres que ahora mismo desconocemos y de los que esperamos respuesta.