Sónar Calling GJ273b

Sónar celebra 25 años con una llamada a la inteligencia extraterrestre.
38 artistas envían música a GJ273b, un exoplaneta potencialmente habitable a 12,4 años luz de la Tierra. Una celebración, un experimento artístico-científico y una reflexión colectiva abierta a humanos y extraterrestres.

¿Cabe esperar una respuesta de GJ273b?

Sónar celebra 25 años con una llamada a la inteligencia extraterrestre.
38 artistas envían música a GJ273b, un exoplaneta potencialmente habitable a 12,4 años luz de la Tierra. Una celebración, un experimento artístico-científico y una reflexión colectiva abierta a humanos y extraterrestres.

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Timeline

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Desde las altas latitudes de Tromsø (Noruega) una radio transmisión de alta potencia parte desde la Tierra al cielo. Nuestro planeta, el tercero del sistema solar, es un objeto rocoso envuelto en una atmósfera espesa. No hay nada especial respecto a su tamaño o su órbita pero hay una cosa que lo hace único: es el único sitio en el universo que alberga vida… vida inteligente… hasta ahora.

Desde las altas latitudes de Tromsø (Noruega) una radio transmisión de alta potencia parte desde la Tierra al cielo. Nuestro planeta, el tercero del sistema solar, es un objeto rocoso envuelto en una atmósfera espesa. No hay nada especial respecto a su tamaño o su órbita pero hay una cosa que lo hace único: es el único sitio en el universo que alberga vida… vida inteligente… hasta ahora.

Todo sobre el proyecto

¿Qué es Sónar y qué propone con Sónar Calling GJ273b?

Sónar, el festival de música, creatividad y tecnología de Barcelona cumple 25 años. Desde sus orígenes en 1994, Sónar, fiel al significado de su nombre, ha rastreado las músicas más innovadoras, radicales y comprometidas del planeta. Para celebrar nuestro 25º aniversario, Sónar decide invertir su función y pasar de radar a antena. Así nace el proyecto Sónar Calling GJ273b. Hemos sintetizado un cuarto de siglo de exploración musical y la hemos enviado al espacio, concretamente al exoplaneta Luyten Star b, con el objetivo de propiciar el primer contacto de la Humanidad con una inteligencia extraterrestre.

¿Quién está involucrado en Sónar Calling GJ273b y qué rol tiene cada uno?

Sónar lidera este experimento artístico-científico con la colaboración de dos instituciones pioneras en la detección de vida extraterrestre: el Institut d'Estudis Espacials de Catalunya y METI International (Messaging Extraterrestrial Intelligence). En el proyecto participan 35 artistas vinculados con el festival, de orígenes y discursos musicales diversos. El IEEC (Institut d’Estudis Espacials de Catalunya) es un instituto de investigación que estudia todas las áreas de las ciencias del espacio, incluyendo la Tierra como planeta, el Sistema Solar, los exoplanetas, la física estelar, la física de astropartículas, y la cosmología. El IEEC lleva a cabo proyectos para el descubrimiento de planetas habitables, apoya la búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI, SETI@home y BOINC) desde hace más de una década y hospeda la web SETI.cat. El segundo partner del proyecto es METI International, la organización pionera en el diseño de mensajes susceptibles de ser comprendidos por una civilización extraterrestre. Fundado en 2017, realiza investigación científica y programas educativos sobre el envío de Mensajes a Extraterrestres Inteligentes (METI) y la Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI).

¿Cuáles son los antecedentes de Sónar Calling GJ273b?

El contacto con una inteligencia extraterrestre ha sido objeto de interés y fascinación durante décadas. En los años ’70 se llevaron a cabo los primeros proyectos de lo que se denomina SETI (búsqueda de inteligencia extraterrestre), que incluían el uso del radiotelescopio de Arecibo (Puerto Rico) tanto para detectar posibles emisiones de civilizaciones en otras estrellas como para el envío de mensajes de radio y de materiales en sondas espaciales hacia el espacio interplanetario. Gran parte de los esfuerzos se han invertido en las escuchas de diferentes estrellas para detectar señales de inteligencia exterior. No ha habido ningún resultado positivo que conozcamos, aparte de una única señal, la llamada “Wow!”, que no ha podido ser explicada todavía. Desde 1974 se han enviado transmisiones a estrellas brillantes y conocidas, o a estrellas con exoplanetas gigantes, de momento sin éxito. En los últimos años se han descubierto numerosos exoplanetas en estrellas próximas al Sol y algunos de ellos parecen cumplir los requisitos para que se trate de mundos habitables. Es pues el momento adecuado para hacer un primer intento de comunicación con las hipotéticas civilizaciones de estos planetas. Para la segunda transmisión en Mayo 2018, el proyecto cuenta con la colaboración de Dr. Yvan Dutil astrofíscio quien, junto con su colega Stéphane Dumas (1970-2016), definió en 1999, un pequeño “diccionario“ de símbolos o conceptos, cada uno descrito con una imagen de unos pocos pixeles. La sección tutorial de nuestro mensaje presenta los diferentes conceptos poco a poco, como si estuviéramos enseñando a un bebé a hablar.

¿En qué es novedoso este proyecto?

Desde el punto de vista científico, este experimento es novedoso porque dirige la transmisión a un exoplaneta concreto, cercano y que parece reunir las condiciones necesarias para albergar vida. Lo es también porque la codificación, cadencia y potencia del mensaje incrementa sensiblemente las posibilidades de ser recibido y comprendido por una inteligencia no terrestre. El diseño del mensaje por parte de IEEC y METI es propedéutico: cada sección del mensaje contiene la información necesaria para decodificar la sección siguiente. El mensaje contiene tanto información básica sobre la humanidad como varias piezas musicales. Desde el punto de vista musical, este proyecto es novedoso porque cuenta con la participación activa de un número importante de músicos de alto nivel, que han creado piezas expresamente para ser mandadas a Luyten’s Star b.

¿A dónde se manda el mensaje?

La emisión se dirige a la Estrella de Luyten, también conocida como GJ 273. Luyten’s Star está en la constelación del Can Menor, a una distancia de 12,4 años luz de nosotros. Se trata de una estrella mucho más fría que nuestro Sol, con una temperatura de unos 3000ºC (comparados con los 5500ºC del Sol), y por lo tanto mucho más rojiza. Le estimamos una masa y un radio que es más o menos un tercio de los valores solares. La estrella no se ve sin un telescopio. Fue bautizada con el nombre de un astrónomo holandés-americano, Willem Jacob Luyten, que midió su movimiento propio (respecto a otras estrellas lejanas). En 2017 se anunció el descubrimiento de dos planetas a su alrededor. Uno de ellos, con una masa casi tres veces mayor a la Tierra se sitúa en la zona habitable de la estrella, y probablemente sea algo más caliente que nuestra Tierra. Su año dura unos 19 días de los nuestros. Se trata de la Estrella Luyten b. Este planeta tiene un compañero más interno y más pequeño, con una masa un 30% mayor a la de nuestro planeta y cuyo año dura unos 5 días, que se llama Estrella Luyten c. No sabemos si la Estrella Luyten b efectivamente tiene agua, ni si ha retenido una atmósfera que lo haga habitable. Pero de momento no tenemos ningún motivo para pensar que no lo sea. Si lo fuera, sería un mundo con océanos como los nuestros, tal vez más calientes, con un cielo iluminado por una estrella aparentemente mayor que el sol y que brilla con una luz rojiza.
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